jueves, 28 de marzo de 2013

EN EL DIA DE JUEVES SANTO

El Jueves Santo es un día muy importante dentro de las celebraciones de Semana Santa. Recordamos la institución de la Eucaristía en el día del amor fraterno y día también del sacerdocio ministerial. Jesús, que ya conocía lo que iba a pasar, se reúne para celebrar la cena de Pascua con sus discípulos. Es el supremo acto de amor. Con esta celebración damos comienzo al Triduo Pascual que nos introducirá en el gran misterio de la Pasión y Muerte de Cristo. Por nuestros pecados, un hombre inocente será torturado y víctima de un juez inicuo, condenado a muerte y muerte de cruz. De una manera inesperada, Jesús se despojó de su manto, se ciñó una toalla, cogió una jofaina y se puso a lavar los pies de los apóstoles. Hoy, en numerosos lugares, lo veremos realizar esta humilde tarea. Aparecerá con un rostro distinto, pero es el mismo Cristo que nos besa los pies y demuestra su amor y entrega  a cada uno de nosotros. ¿Realmente somos capaces de vivir en comunidad, comulgar con nuestros hermanos?  Demasiadas veces, nobles sentimientos no pueden aparecer en una sociedad injusta incapaz de amar, comprender y respetar. No digas que comulgas con Cristo si no amas a tus hermanos. Un recuerdo muy especial a los sacerdotes, cuya meritoria labor en situaciones muchas veces difíciles, no tiene el necesario reconocimiento social. Amigo, aunque estés de vacaciones, te pido que te detengas un momento a reflexionar sobre estas ideas que humidemente acabo de exponer. Si te pueden ser de alguna utilidad me sentiré reconocido. Esta es nuestra fe y éste mi testimonio. 

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