jueves, 21 de febrero de 2013

ESPAÑA, POR EL BUEN CAMINO

Estamos finalizando el primer Debate sobre el estado de la Nación de la era Rajoy. El balance que podemos hacer, en estos momentos, es que el estado del sistema de partidos políticos es manifiestamente mejorable. El presidente Rajoy se empeñó en darnos esperanzas, que buena falta hacen a una ciudadanía resignada y excéptica. Rubalcaba, unos días antes, quemó sus naves pidiendo de una forma prematura la dimisión del presidente Rajoy. ¿Cómo estuvo el jefe del primer partido de la oposición? Tocado y hundido. Refugiado en un obligado no a todo su intervención fue deslavazada y no desprovista de más de un disparate. No es momento de meternos en la elaboración de una nueva Constitución para servir a los intereses de los socialistas catalanes que parecen más nacionalistas que nadie. No tiene el PSOE un proyecto de futuro para España y ayer pudimos ver que, como en el conocido cuento, Rubalcaba está desnudo. No han sido fáciles ni cómodos los primeros quince meses de gestión del gabinete Rajoy. Luces y sombras en esta España que realmente ha cambiado, espero que para mejor. El paro sigue siendo el principal problema para millones de españoles. Se han tomado y realizado reformas que deben dar resultados positivos si no nos dejamos llevar por la impaciencia. No hubo ayer grandes sorpresas ni anuncios espectaculares. Es momento de que todos arrimemos el hombro dentro de nuestras posibilidades. Más adelante habrá que volver sobre el socorrido tema de la corrupción, real o imaginaria, con el añadido de la pena del telediario, castigo anticipado que no respeta el derecho de defensa de los acusados. Este cronista espera seguir teniendo la confianza que agradece a sus lectores en tantos países del mundo. Estoy a su servicio.

domingo, 17 de febrero de 2013

CUARESMA, TIEMPO DE CONVERSIÓN

Con el Miércoles de Ceniza, iniciamos un periodo de cuarenta días de preparación para la celebración gozosa de la Pascua. El comienzo de la celebración de la Cuaresma fue hacia el siglo IV, cuando se buscaba con la oración y la penitencia una profunda renovación de la Iglesia. Es un  tiempo de apertura a Dios y a nuestros hermanos; un tiempo de reflexión sobre nuestra vida como cristianos comprometidos en la transformación, no sólo personal, sino también comunitaria. Estos días, la Iglesia nos exhorta a seguir un camino hacia Cristo con la oración, la escucha de la Palabra de Dios y la realización de obras buenas. Son actitudes para acercarnos más a Dios, del que nos alejamos por el pecado. Estamos viviendo momentos difíciles que nos exigen una gran responsabilidad. En este Año de la Fe, debemos hacer un mayor esfuerzo para trabajar en la transformación de esta sociedad que parece dominada por el pecado. “Convertíos y creed en el Evangelio” es una llamada apremiante que no podemos rechazar. Una fe, no sólo espiritual, sino que podamos trasladarla a nuestra vida personal y comunitaria. Somos como un rebaño de corderos acechados por lobos. Nos acosan, nos hacen acusaciones falsas, nos persiguen, pero no podrán torcer nuestro compromiso con Dios y con nuestros hermanos. Repasemos todas nuestras experiencias para tratar de reconocer nuestros errores y carencias para poder arrepentirnos y así prepararnos de una manera más profunda para la celebración de los misterios pascuales. Esta es nuestra fe y éste mi compromiso.

miércoles, 13 de febrero de 2013

MIERCOLES DE CENIZA



Comienza la Cuaresma con la imposición, en la frente de los penitentes, de un poco de ceniza. Nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera. No podemos estar atados de manera permanente a las cosas de este mundo. Nuestro objetivo definitivo está en el Cielo. En la Iglesia, el sacerdote nos dice hoy: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio". Estamos celebrando el Año de la Fe. Necesitamos una renovación profunda de nuestras conciencias. Es una llamada a la conversión y el sacrificio. Las normas del ayuno y la abstinencia de carne no son un puro capricho sino una forma de acompañar, en su sufrimiento, a los más necesitados. La solidaridad, el amor, tienen estos días un mayor relieve en nuestra relación, como seguidores del mensaje de Cristo, con los pobres y enfermos. Debemos hacer sacrificios, privándonos de algo que nos gusta, y debemos hacerlo con alegría pues es por amor a Dios, en quien hemos puesto toda nuestra confianza. Nuestra vida diaria es dura, llena de incertidumbres, pero debemos procurar mirar hacia adelante con esperanza. El pecado no puede vencer. Nos vemos perdidos en una sociedad pagana y paganizante que se ha apartado de Dios. La Cuaresma que se inicia debe ser un tiempo de transformación no sólo personal sino también de las estructuras de pecado que nos acompañan en esta sociedad opulenta.
 

sábado, 2 de febrero de 2013

LA BUSQUEDA DE LA VERDAD

Estamos viviendo en España momentos difíciles. Los ciudadanos, movidos por cuerdas invisibles, somos marionetas en manos ajenas que coartan, hasta hacerla inviable, nuestra libertad. La democracia requiere que podamos elegir, en una decisión meditada y responsable, nuestro apoyo o no a las propuestas que se nos presentan y, en su caso, presentar las nuestras. Es un grave error destruir las bases de nuestra convivencia cuestionando constantemente, sin base ni fundamento, a aquellos que hemos elegido para que defiendan nuestros legítimos intereses. Sí. El contenido de los  "papeles" de los que tanto se habla tiene menos valor que el papel en el que está escrito. Se están poniendo en cuestión derechos fundamentales de personas que están al servicio de todos nosotros. Las dificultades económicas de una empresa editora no puede ser excusa para que nos cuele en escandalosos titulares material averiado cuyo origen desconocemos. No todo vale para consegir publicidad gratuita. El derecho a una información veraz y contrastada es fundamental en defensa de una libertad de prensa que debe ser ejercida con responsabilidad. Son inaceptables campañas de difamación que nos dejan indefensos ante la voracidad de unos medios que nos manipulan a su antojo. Los partidos políticos son el cauce constitucional, pero no el único, de participación en los asuntos de la república. Su destrucción, por intereses inconfesables, puede hacer un grave daño a nuestra convivencia. La exigencia ética y moral a nuestros políticos debe ser exigida con mesura; nunca más que a nosotros mismos. Naturalmente que quiero saber la verdad de lo que está pasando. De manera inconsciente, en esta ceremonia de la confusión que estamos viviendo, se pretende que no podamos expresar nuestras ideas y defender a quien está injustamente acusado y privado de toda posibilidad de defensa. ¿Es justo? La verdad por encima de todo, pero ¿QUÉ ES LA VERDAD?