domingo, 27 de marzo de 2016

CRISTO RESUCITO. ALELUYA

El sepulcro vacío nos anuncia la Resurrección del Señor.
La resurrección de Cristo es un hecho real ocurrido en Jerusalén hace casi dos mil años. Todavía conmovidos por el duro relato de la pasión y muerte del maestro, hemos acompañado a su madre la Virgen María en su soledad. A la mañana del tercer día, encontraron las mujeres la losa que cerraba la tumba removida. El maestro no estaba. Son comprensibles las sensaciones encontradas que tuvieron en aquellos momentos. Llenas de alegría, corrieron a contarles a los discípulos la noticia. Jesús salió al encuentro y les saludó. Ellas le reconocieron y le adoraron. No sé cuantos de nosotros somos capaces de reconocer a Cristo en el resucitado. El hecho supera los límites de nuestro entendimiento y es una prueba que desafía nuestra fe. "No tengáis miedo", nos dice Jesús. Es un buen consejo, también para nosotros que vivimos entre quienes todo lo cuestionan y ponen dudas donde vemos certidumbres. Triunfó la vida sobre la muerte. Si Cristo resucitó, que así fue, también nosotros resucitaremos con Él. La Pascua de Resurrección es la mayor solemnidad del calendario litúrgico. "Cristo ha resucitado", nos dicen como saludo. Respondemos: "Sí, resucitó". Son momentos de gran alegría que nos envuelve. En Misa, los ornamentos del sacerdote son blancos y el altar se adorna con esmero. Entonamos el Gloria porque Cristo había muerto y ha resucitado. Es una verdad absoluta y damos testimonio de nuestra fe. Salgamos a las calles y caminos a dar la buena noticia.

viernes, 25 de marzo de 2016

LA MUERTE DE CRISTO

   La noticia de la muerte de mi maestro me sigue impresionando a lo largo de tantos años. Cristo ha muerto. Es un hecho fundamental para nuestra fe. Nos amaste hasta el extremo de dar tu propia vida por nosotros. Nuestra respuesta fue abandonarte. Perdón, Señor, perdón. Te prendieron en el monte de los Olivos, pero no supe defenderte. Cuando, por un instante, pusiste tus ojos en mí, se podía apreciar, en tu mirada, calma y serenidad a pesar de la violencia del momento. En momentos difíciles de mi vida, mi fe se ha quebrado y me he sentido abandonado. Tu misericordia y capacidad de perdón es infinita. Nunca rechazas un corazón arrepentido que quiere recobrar tu confianza. Cuando fuiste llevado de Anás a Caifás, de Herodes a Pilatos, te seguía de lejos. No entendía que no quisieras defenderte. Tu rostro ensangrentado no parecía humano, pero mostraba una extraordinaria dignidad. Nada respondías a las falsas acusaciones que te hacían. Cierto, tu reino no es de este mundo. Tu mensaje de paz, amor, concordia, solidaridad, es incómodo. No sólo para escribas y fariseos que veían en peligro sus privilegios; también para quienes, en la actualidad, te niegan y rechazan tu recuerdo. Tras interrogarlo, Pilatos sabe que le han presentado un hombre inocente, pero es cobarde. Tras mandar azotarlo, un castigo cruel, lo condena a muerte y lo entrega para que lo crucifiquen. 70 metros tiene la Vía Dolorosa, más de 70 pasos bajo el peso del madero. Quisiera yo llevar el peso de tu cruz, pero algo me detiene. Será un cirineo quien, tras caer por tercera vez, te ayude. Llegados al Calvario, te despojan de tus ropas. Oigo el ruido del martillo al golpear el clavo que rasga tu muñeca. Siento el dolor que producen tus heridas cuando el poste penetra en el hoyo y queda de pie la cruz. Colgado del madero, perdonarás a tus verdugos, anunciarás al Buen Ladrón un lugar en el Paraíso y te preocuparás de que nada le falte a tu madre. "En tus manos encomiendo mi espíritu", serán tus últimas palabras en la agonía. ¡CRISTO HA MUERTO!

martes, 22 de marzo de 2016

JUEVES SANTO

   
Nos disponemos a celebrar,  con gran solemnidad, la festividad del Jueves Santo. Los desfiles procesionales por nuestras calles tienen una amplia participación popular. Pueden considerarse como un anticipo de la Pascua. Reunido con sus apóstoles en una Última Cena, Jesús instituyó la Eucaristía, el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo bajo las especies de pan y vino. Tal es el amor que nos tiene que se queda con nosotros para guiarnos por el camino de la salvación. Todos estamos invitados a participar en la cena instituida por Jesús. En esta noche santa, Cristo nos deja su Cuerpo y su Sangre. Aceptemos este gran don con el firme compromiso de servir a nuestros hermanos. El evangelio de Juan que hoy vamos a escuchar y meditar nos narra el lavatorio de los pies. Jesús interrumpió la cena, se quitó el manto, se ciñó una toalla, echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies de sus discípulos. Este hecho produjo sorpresa general, pues era una tarea propia de esclavos. Jesús nos da una lección que no somos capaces de entender. Éste es el mejor camino para  seguir a Jesús: vivir como servidores unos de otros.  Traicionado por Judas, uno de los doce, Jesús vive, conscientemente y de manera anticipada, su pasión y su muerte. En el Huerto de los Olivos, tendrá momentos de angustia difíciles de soportar, su soledad, su compromiso de cumplir la voluntad de Dios, su obediencia y su confianza en Él. Hoy iniciamos la fiesta de la "crisis pascual". Supone la lucha entre la muerte y la vida, que nunca fue absorbida por la muerte, pero sí combatida por ella. La noche del sábado de Gloria es el canto a la victoria, pero teñida de sangre y hoy es el himno a la lucha de quienes conseguimos la victoria porque nuestro arma es el amor.

domingo, 20 de marzo de 2016

DOMINGO DE RAMOS

      Con el Domingo de Ramos iniciamos la Semana Santa, unos días en los que vamos a conmemorar la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. La Iglesia recuerda en este día la entrada victoriosa de Jesús en Jerusalén, aclamado por hombres, mujeres y niños que le han escuchado a lo largo de los pueblos y caminos de Palestina. La bendición de los ramos es una ceremonia sencilla. Después de preparar nuestros corazones durante la Cuaresma, por medio de la penitencia y las buenas obras, los fieles nos reunimos en los templos para recibir al Señor que viene a nosotros. La Pasión, Muerte y Resurrección de  Cristo es una realidad histórica y un aldabonazo a nuestras conciencias y un modo exigente de vivir nuestra fe. En aquellas personas revivió la esperanza de que llegaba aquél que venía en nombre del Señor. Así lo entendieron los más sencillos, sus discípulos y quienes le acompañaron, convencidos de su realeza. A la entrada de Jerusalén, mientras alfombraban el camino con sus mantos, reconociéndolo como Rey, gritaban: "Bendito el que viene en nombre del Señor. Paz en el cielo y gloria en lo alto". Fueron muchos los que siguieron a Cristo en este momento de triunfo, pero fueron pocos los que lo acompañaron en su pasión y muerte. En la dura y solemne liturgia del día, escuchamos con recogimiento la proclamación del "tercer cántico del siervo de Yahvé", que todavía me sigue impresionando. Isaías nos habla del siervo que se entrega a nuestro servicio. Cristo es el siervo fiel. En medio de un respetuoso silencio, escuchamos conmovidos el duro relato de la Pasión. La lectura está a cargo de un diácono o, en su defecto, del propio sacerdote. También pueden realizarla lectores laicos, adecuadamente preparados, reservando al sacerdote la parte correspondiente a Cristo. A lo largo de muchos años, he leído y escuchado muchas veces el relato de la Pasión. Emocionado, cada vez encuentro algo nuevo en este duro relato de la donación total de un Dios que, hecho hombre, se entregó sin límites hasta la muerte. Por eso, que toda rodilla se doble en el cielo y en la tierra. Es el Señor.  

domingo, 6 de marzo de 2016

LA HORA DE TOMAR DECISIONES

 Ya ha pasado mucho, demasiado tiempo, desde que se celebraron las últimas elecciones generales. El resultado complicaba los necesarios acuerdos para lograr la investidura de un candidato a presidir el Gobierno de España. Siento tener que reconocer que la actual generación de políticos es la peor de los últimos 40-50 años. Los enfrentamientos personales, a cara de perro, pueden romper nuestra sociedad e impedir el necesario sosiego para tomar decisiones importantes. No se puede presumir de democracia sin demócratas. Ésta es una rara especie que escasea en España. Dos partidos políticos, nuevos en esta plaza, obtuvieron resultados que no esperaban. Podemos no puede presentar un proyecto aceptable. Con un amplio respaldo electoral, sus pretensiones van por mostrar las debilidades de nuestro sistema político para destruir a sus adversarios. Ciudadanos sigue en una indefinición sobre sus objetivos finales. La entrega de sus 40 diputados al PSOE a cambio de que acepte una difusa lista de medidas incongruentes deja fuera del escenario una voz nueva y necesaria. Los socialistas aceptan el regalo que parece ocultar su descalabro electoral. Jamás habíamos visto debates tan broncos como los presenciados en las Cortes Españolas en la frustrada investidura de Pedro Sánchez. No debemos dar más crédito a quien más grita o es más violento. La democracia debe ser otra cosa. El Partido Popular, como también los socialistas pata negra, han perdido muchos diputados. No es fácil gestionar la nueva situación planteada. No han sabido hacerlo. Albert Rivera, joven e inexperto, tiene un sentido muy particular de la democracia. Veta a Rajoy como dirigente del PP y además pretende que los populares apoyen sus improvisadas medidas, que no programa político, sin poder aportar la más mínima corrección. Mientras tanto, Sánchez suplica a Pablo Iglesias que le permita alcanzar La Moncloa, objetivo que ha puesto al alcance de los podemitas con sus graves errores. Nos esperan muchas emociones.