miércoles, 20 de octubre de 2010

NUEVO GOBIERNO

POCAS ESPERANZAS
Rodríguez Zapatero, al fin, ha sacado su conejo de la chistera, ante un auditorio bastante excéptico. Nuevas caras, alguna no tanto, para políticas antiguas y caducas. Es necesario que se den explicaciones sobre las razones de los cambios y las medidas que se van a adoptar en los pocos meses que quedan hasta las elecciones. La confianza, hasta ahora esquiva, tienen que ganarsela con hechos y no palabras, aunque una mejor comunicación con los ciudadanos ayudaría bastante. La eliminación de algunos ministerios parece indicar que se rectifica el error de crear ministerios sin competencias, para cubrir "la cuota". Vamos a esperar que tomen posesión de sus carteras y empiecen a trabajar. No es buen momento para que el Gobierno se paralice, entretenido con nombramientos de diferentes cargos y el "aterrizaje" de los nuevos. Es evidente que una reforma administrativa de calado como ésta deberá tener reflejo en los presupuestos del Estado en tramitación parlamentaria. Los problemas de los ciudadanos siguen siendo los mismos, mientras sigue la desconfianza.
Jesús María Uriz

martes, 19 de octubre de 2010

EL OCASO

TIEMPOS AMARGOS
Qué lejos quedan aquellos años de la transición a la democracia en España. La muerte de Franco, la llegada de Juan Carlos I, un nuevo rey para un pueblo que nada sabía de monarquía o república. Se celebraron como un gran acontecimiento aquellas primeras eleciones libres después de tantos años. Fue el momento de no mirar atrás, de construir un futuro. Eran muchas las dificultades, pero estábamos dispuestos a lograr un acuerdo político aceptable que a todos pudiera integrar. El Partido Comunista de Santiago Carrillo pagó un alto precio por su legalización. Renunció a la bandera tricolor republicana, nombre y símbolos. La hoz y el martillo quedaron atrás en los archivos de la historia. Ganó aquellas elecciones el pueblo español, aunque fue UCD con Adolfo Suárez  y su "puedo prometer y prometo" quienes allí estaban para dar un gran ejemplo a la Patria.
Años después, conmocionados por un grave atentado terrorista, acudimos a votar en unas elecciones en las que se presentaban José Luis Rodríguez Zapatero por los socialistas y Mariano Rajoy por el Partido Popular. Ganó el Partido Socialista y en la primera legislatura dilapidó la herencia recibida. Posteriormente, comenzó una etapa de sectarismo político y persecución de cualquier opinión discrepante con el poder. La ausencia de un proyecto político integrador para España, una excesiva carga ideológica en la acción del Gobierno, han tenido efectos devastadores en las libertades públicas. Nada queda de las ilusiones de aquellos momentos, de las promesas de un futuro para todos. La crisis económica internacional nos ha afectado con dureza, al encontrarnos con un modelo económico, heredado del franquismo, demasiado rígido, que no se había adaptado a las necesidades de la nueva sociedad del siglo XXI. Que haya elecciones no quiere decir que haya democracia, son cosas distintas. Todos debemos aceptar los resultados, sean cuales sean. El Gobierno debe ser sensible a las demandas de todos los ciudadanos y atender a sus necesidades manifestadas en las Cortes a través de sus representantes. Hemos aprendido una dura lección. Que sea para bien.
Jesús María Uriz

viernes, 1 de octubre de 2010

ANÁLISIS POLÍTICO

EL DÍA DESPUÉS
Ya ha pasado la huelga general con sus secuelas de violencia e intimidación. La sensación que queda es que hemos sido estafados, de haber asistido a una gran farsa entre Gobierno y algunos sindicatos que todos conocemos. ¿De qué ha servido? Los problemas continúan, los parados aumentan y las libertades mengúan. Faltan proyectos novedosos e ideas ilusionantes. No hay faro que nos ilumine en esta oscuridad por la que marchamos sin  rumbo. Para resolver un problema hay que reconocer que existe, estudiar su naturaleza, ver los medios disponibles y poner la decisión necesaria para resolverlo. La tragedia de esta crisis que estamos viviendo es que gobernantes incompetentes han convertido a España en el problema para otros países con los que tenemos relaciones. Es necesario un cambio profundo, pero para lograrlo tenemos que cambiar nosostros mismos. Son necesarios sacrificios, pero para aceptarlos debemos escuchar la verdad sin trampas ni mentiras. Hay que ponerse en marcha, sin tiempo que perder.
Jesús María Uriz