El verano es una época del año en la que normalmente
disminuye la actividad social y privada de muchas personas que toman sus
vacaciones para tener un merecido descanso de cuerpo y espíritu. Este
período del año no debe significar estar sin hacer nada sea en la playa o en
la montaña, ciudad o pueblo. Más bien, puede ser una buena oportunidad de
salir a la carretera, quizá cargado de maletas, por fin con la familia reunida,
buscando otros horizontes y poder hacer esas cosas gratificantes que hemos ido
dejando, atrapados por la actividad cotidiana. Había hecho el propósito, vano
empeño, de no ver la tele, oír la radio y dejar, al menos estos días, los
periódicos de lado. Buen intento, pero no funcionó. Mi esposa, con esa belleza
que da la madurez y la tranquilidad del espíritu, me mira y sonríe. Cómo me
entiende. Los hijos van creciendo en edad y sabiduría, como a mí me enseñaron.
Conozco su esfuerzo, aunque no siempre consigan cubrir todos sus objetivos.
Este agosto está haciendo calor. Las noticias que se van produciendo y que
nos afectan de alguna forma, son como un carrusel de colores. Quisiéramos
conocer sólo las buenas, las positivas, pero nos llega una visión más amplia de la
realidad, a la vez cercana y lejana, porque, en esta sociedad de la
comunicación global, nada nos puede ser ajeno. Santiago de Compostela, por unos días,
no lo recordamos como el lugar donde, señalado por una estrella-estela que apareció, según la tradición, la tumba del Apóstol Santiago que, muerto en Jerusalén, había sido trasladado a Galicia por sus seguidores. En una
fatídica curva, cuando ya llegaba a su destino, un tren ALVIA había
descarrilado con un número elevado de víctimas que fueron rápida y eficazmente
atendidas. Este año, los políticos ni en agosto son capaces de dejarnos
tranquilos y posponer para otro momento la disputa de sus diferencias. Nos dicen
que disminuye el número de personas sin trabajo. Es una buena noticia que
da renovados ánimos y esperanza. Ya hemos llegado a nuestro punto de destino.
Es el momento del reencuentro de familiares y amigos; de contarnos nuestras
experiencias y realidades. Pero eso es otra historia.
Este blog tiene el propósito de ser un cauce para la defensa de los derechos humanos, la denuncia de las injusticias, proponer soluciones que pudiera conocer y ayudar a quien lo necesite, en la medida de mis posibilidades.
sábado, 10 de agosto de 2013
viernes, 2 de agosto de 2013
UN DESCONOCIDO RAJOY BATIO A RUBALCABA
En el calendario político de este año 2013, estaba
marcada con lápiz rojo la fecha de ayer 1 de agosto. El presidente Rajoy iba a
dar a conocer la realidad de los hechos frente a unos políticos y medios de
comunicación que por vender un puñado de periódicos más son capaces de perder
su dignidad y retorcer la verdad hasta hacerla irreconocible. El nombre de
Bárcenas ha sido utilizado como arma arrojadiza por quienes, a falta de mejor
oferta, nos daban mercancía averiada. La Justicia pondrá, en su debido momento,
a cada uno en su sitio. Ante los diputados, vimos a un Rubalcaba desorientado
leyendo un discurso ya escrito, frente a la vigorosa intervención del renacido
presidente. El dirigente socialista carece de argumentos y su discurso se
compadece poco con la realidad expuesta por un presidente que, como un toro
bravo en la plaza, se crece ante los puyazos. A quién creer. A Bárcenas y las
variadas versiones de sus fantasías, o quizá al Rubalcaba trapecista que
amenaza con esa moción de censura que arruinaría su vida política. En el otro
lado del ring Mariano Rajoy, un hombre bueno, trabajador incansable, que sabe a
dónde va y cree en sus ideas. Cuando llegó a la presidencia del Gobierno, tras
una amplia victoria electoral, se encontró con un país arrasado por los
socialistas de Rodríguez Zapatero. El cambio prometido se ha producido, pero no
con la intensidad y profundidad deseadas. Ya no hablamos de brotes verdes, sino
de descenso del paro, aumento de cotizantes a la Seguridad Social y otras
mejoras. Realidades. Queda mucha tarea por hacer. Los pequeños partidos,
el coro, se apuntan al NO con entusiasmo no teniendo cosa mejor que
ofrecer. Quieren sangre, para recoger los restos de un enfrentamiento
cainita. No es el momento para darles esa oportunidad. Avancemos juntos con
decisión. La meta está cerca, pero solo llegarán los mejores. Pongamos todo
nuestro esfuerzo para conseguirlo.
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