domingo, 31 de marzo de 2013

CRISTO HA RESUCITADO

 
Sí, Cristo ha resucitado. La resurrección de Cristo es un hecho fundamental en la historia y un misterio de fe. La losa removida, el sepulcro vacío, son signos que en un primer momento no hemos entendido. "¿Por qué buscáis entre los muertos a quien ha resucitado?" Estas palabras tienen un gran impacto entre quienes las escuchan en aquel momento y también para nosotros, en la actualidad, casi veinte siglos después. Después de la resurrección, Jesús se apareció en varias ocasiones a los apóstoles. Con esta festividad que se celebra con gran solemnidad, el Año litúrgico llega a su momento más importante. En la Iglesia se enciende el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo resucitado y permanecerá encendido hasta el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo. Así encontramos la clave de la esperanza de los cristianos. Jesús vive y está junto a nosotros. ¿Qué podemos temer? San Pablo nos dice: "Si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe" (I Corintios, 15,14). Jesús venció a la muerte y al pecado. Nos dio una nueva oportunidad y la confianza en nuestra propia resurrección. La fe que profesamos adquiere pleno sentido. Nuestro testimonio es verdadero. Este es un día de profunda alegría que no podemos ocultar. No más caras tristes. Seamos la luz que ilumine este mundo sumido en las tinieblas. Es la Pascua del Señor. Esta es nuestra fe y éste mi testimonio.
 


viernes, 29 de marzo de 2013

VIERNES SANTO: UNA SUPREMA LECCION DE AMOR

Dios nos amó hasta el extremo de darnos a su propio Hijo, que se entregó hasta la muerte por nosotros y muerte de cruz. Una vez acabada la última cena con su madre y sus discípulos, se retira a orar al huerto de Getsemaní. Le acompañan sus amigos más fieles, que se verán vencidos por el sueño. Son momentos terribles. Jesús es Dios, pero también un hombre que sufre dolor y angustia. Dicen que sudó sangre. Son sentimientos encontrados. ¿Dónde estaba yo en aquella noche triste? Por mis pecados, un hombre inocente va a morir. Tras ser prendido, traicionado por Judas, uno de los suyos, inicia un largo trayecto en aquella larga madrugada. Treinta siclos de plata, el coste de un esclavo, fue el precio acordado por la traición. De Anás a Caifás, de Herodes a Pilatos, Jesús es llevado por las calles de Jerusalén. Le siguen de lejos, su madre y otras mujeres. Es la marcha de las viudas. Los conspiradores no están tranquilos. Quieren su muerte, pero no la responsabilidad de tan terrible crimen. Será Pilatos, el procurador romano quien tomará la postrera decisión. No quiere hacerlo, pero prima la razón de Estado. Mandará que lo azoten, pero eso no será suficiente para esa turba hábilmente manejada por escribas y fariseos. Quizá algunos de nosotros estábamos entre quienes gritaban "¡¡Crucifícale. Crucifícale!!". Pilatos es un hombre mediocre incapaz de dominar la situación. Ya su esposa le había avisado de que tuviera cuidado, pero no escucha. La plebe sigue gritando y Jesús es entregado para ser crucificado. Tres veces caerá al suelo bajo el peso del madero de la cruz y nuestra ingratitud. Tres postes esperan en la cumbre del Calvario la llegada de los condenados. Dimas y Gestas compartirán el atroz suplicio. Perdón, Señor, perdón. Te he negado, he vivido como si no existieras, he olvidado mis compromisos. Por mis pecados mueres y lo haces perdonando. Qué suprema lección que no entendemos, preocupados por cosas mundanas. Todavía estoy conmocionado tras escuchar tus últimas palabras en la Cruz. Cristo ha muerto. Resucitará como lo había anunciado. Esta es nuestra fe y éste mi compromiso.

 

jueves, 28 de marzo de 2013

EN EL DIA DE JUEVES SANTO

El Jueves Santo es un día muy importante dentro de las celebraciones de Semana Santa. Recordamos la institución de la Eucaristía en el día del amor fraterno y día también del sacerdocio ministerial. Jesús, que ya conocía lo que iba a pasar, se reúne para celebrar la cena de Pascua con sus discípulos. Es el supremo acto de amor. Con esta celebración damos comienzo al Triduo Pascual que nos introducirá en el gran misterio de la Pasión y Muerte de Cristo. Por nuestros pecados, un hombre inocente será torturado y víctima de un juez inicuo, condenado a muerte y muerte de cruz. De una manera inesperada, Jesús se despojó de su manto, se ciñó una toalla, cogió una jofaina y se puso a lavar los pies de los apóstoles. Hoy, en numerosos lugares, lo veremos realizar esta humilde tarea. Aparecerá con un rostro distinto, pero es el mismo Cristo que nos besa los pies y demuestra su amor y entrega  a cada uno de nosotros. ¿Realmente somos capaces de vivir en comunidad, comulgar con nuestros hermanos?  Demasiadas veces, nobles sentimientos no pueden aparecer en una sociedad injusta incapaz de amar, comprender y respetar. No digas que comulgas con Cristo si no amas a tus hermanos. Un recuerdo muy especial a los sacerdotes, cuya meritoria labor en situaciones muchas veces difíciles, no tiene el necesario reconocimiento social. Amigo, aunque estés de vacaciones, te pido que te detengas un momento a reflexionar sobre estas ideas que humidemente acabo de exponer. Si te pueden ser de alguna utilidad me sentiré reconocido. Esta es nuestra fe y éste mi testimonio. 

domingo, 24 de marzo de 2013

DOMINGO DE RAMOS


 
Hoy comienza la Semana Santa con la festividad del Domingo de Ramos. Recordamos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Acude para celebrar la Pascua con sus discípulos. Un numeroso grupo de personas le aclama con gritos de "Hosanna". Allí estoy mezclado entre ellos. Es un día de fuertes contrastes en la liturgia. De esta forma, se entrecruzan las dos tradiciones litúrgicas que han dado origen a esta celebración: la alegre, multitudinaria, festiva liturgia de la iglesia madre de la ciudad santa, que se convierte en mimesis, imitación de lo que Jesús hizo en Jerusalén, y la austera memoria -anamnesis- de la Pasión que marcaba la liturgia de Roma. Jerusalén y Roma, juntas en nuestras celebraciones. Escuchamos, con silencio y recogimiento, la lectura de la Pasión, un terrible drama que, sucedido hace casi dos mil años, nos sigue conmoviendo de generación en generación. Quizá algunos de los que le aclamaban, pocos días después pedirán su muerte, fruto de la mayor injusticia. Jerusalén, desde el siglo IV, celebra la llegada de Jesús con una procesión multitudinaria. Gustó tanto a los peregrinos que Occidente tiene, en esta procesión, uno de los más bellos momentos de la Semana Santa. Así tenemos la esperanza de tener entre nosotros de forma clara y abierta, a aquél que viene en nombre del Señor. Es el amor de Dios que se manifiesta entre nosotros. Esta es nuestra fe y éste mi compromiso.
 

jueves, 14 de marzo de 2013

UN PAPA COMPROMETIDO CON EL PUEBLO

Muchas veces hemos escuchado y conocemos por propia experiencia, que la providencia de Dios nos proporciona el Papa más apropiado en cada momento. La impresión que tenemos tras escuchar sus primeras palabras es muy positiva. Argentino, de padres emigrantes italianos, se muestra como un gran comunicador que conoce muy bien nuestros problemas e inquietudes. Su cercanía, siguiendo el ejemplo de Cristo, a los más pobres es una extraordinaria lección para todos nosotros. Un reto importante que le espera es la nueva evangelización. Un proyecto importante en una sociedad que bajo la crisis económica y social que padecemos esconde una evidente crisis de valores evangélicos. El alejamiento de Dios y sus mandatos nos ha dejado una sensación de vacío y desamparo. Somos como ovejas sin pastor acechadas por lobos en un mundo hostil. El Papa Francisco tiene todo nuestro apoyo y confianza para una apuesta decidida por quienes, en tantos lugares del mundo, necesitan fe y esperanza. Como jesuita conoce bien a nuestros compatriotas Ignacio de Loyola y Francisco de Javier que participaron en el grupo inicial de fundadores de la Compañía de Jesús. El cardenal Berdoglio es el primer Papa de América Latina, el continente donde vive la mayoría de los católicos que esperan su palabra y su consejo. El nuevo pontífice debe seguir desarrollando el Concilio Vaticano II y potenciar el ecumenismo. Las vocaciones para el sacerdocio y la participación de los laicos en la vida de la Iglesia son otros temas pendientes. Elevemos nuestras oraciones al Señor y a la Virgen para que el Espíritu ilumine al nuevo Papa en su importante ministerio.