miércoles, 25 de diciembre de 2013

HOY ES NAVIDAD

Cuando cada año me pongo a escribir en este día, vienen a mi mente sentimientos encontrados. No es fácil separar el trigo de la paja. Hay gran confusión y debemos hacer un gran esfuerzo para que destaque lo que realmente celebramos en este día: un hecho trascendental en la historia de la Humanidad. El nacimiento, en Belén, de Jesús, el que salva, Hijo de Dios hecho hombre y nacido de mujer.
¿Qué es la Navidad?, me preguntas. San Francisco de Asís nos responde:
-Es Belén, es paz, es gozo, es esperanza, es bondad, es amor, es ternura, es amanecer... es silencio. Y Dios vino esa noche.
-¿Qué es la Navidad?, siguen preguntando. Podría responder:
-Es niño, es debilidad, es cielo, es contemplación, es alegría, es belleza, es canto, es renovación, es familia, es solidaridad... es Dios que nos otorga el don de la lluvia.
-¿Qué es la Navidad?, de nuevo insisten. En verdad os digo:
Es la mejor noticia, es abrazo humano-divino, es multiplicación de caricias, es llanto de alegría, es vida, es brindis al mañana, es triunfo de misericordia, es opción por lo pequeño, es pobreza, es radical desasimiento.
Nos cuentan que en aquellos días una serie de hechos providenciales coincidieron para que Jesús naciera en un lugar ciertamente humilde: un establo donde había algunos animales. Una multitud de personas se desplazaban por las carreteras y caminos del Imperio para cumplir el edicto del César. María, que estaba en avanzado estado de gestación y José, su esposo habían llegado a Belén ya que era de la casa de David. Avanzaba la tarde y no encontraban un sito donde cobijarse ya que estaba todo lleno. Al final el posadero, que era un hombre bueno, se compadeció de la mujer y les permitió quedarse en el establo. Ya de madrugada, nació un bebé sano y robusto al que pondrán el nombre de Jesús como lo había llamado el ángel. Y allí, a un lado, sin destacar, me encontraba yo entre los pastores que acudieron a adorar al Niño y entregarle sus regalos.
Esta es mi fe y éste es mi testimonio.  

viernes, 13 de diciembre de 2013

CATALUÑA ES PARTE INSEPARABLE DE ESPAÑA

 

  Declaración institucional del presidente del Gobierno


Mariano Rajoy ha realizado esta declaración tras el anuncio por parte de varios partidos catalanes de plantear una consulta de autodeterminación, en un claro desafío a todos los ciudadanos que nos afecta a todos. En estos momentos de dificultades, debemos expresar nuestra solidaridad con el pueblo catalán, víctima de una situación provocada por políticos nacionalistas.

domingo, 8 de diciembre de 2013

INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA

Hoy el es día grande de María, la madre de Dios. El pueblo católico celebra con gozo que María, en atención a sus méritos futuros, fuera preservada del pecado original desde el primer instante de su ser. Nada hubo en ella reprochable en todo el curso de su vida entre nosotros. Durante este tiempo de Adviento, acompañamos a la Virgen María en su espera gozosa del nacimiento de su primogénito. Es el modelo, la discípula que nos enseña cómo esperar al Señor. No solo fue dotada de las mejores cualidades, toda ella estuvo llena de gracia y belleza espiritual. Miriam, su nombre en hebreo, cuando andaba por las calles, no se distinguía físicamente de otras mozas casaderas. Mirándola bien, en lo profundo de sus ojos, se podía apreciar una especial serenidad. Adolescente, casi una niña, como es lógico se turbo ante las palabras del ángel que le hizo saber la gran responsabilidad que iba a tener. Brevísimo tiempo duró esa duda inicial. Su respuesta fue un SI rotundo. "Hágase en mí según tu palabra", dijo cuando el ángel acabó de darle la buena nueva de su maternidad por obra del Espíritu. De esta forma, la Virgen nos anuncia como signo profético la salvación que, por misericordia de Dios, realiza Jesucristo de toda la Humanidad. María, concebida inmaculada, nos trae la esperanza  de una Humanidad transformada y purificada libre de todo egoísmo. También nosotros debemos dar un sincero SI a la llamada que hemos recibido. La Navidad, que ya esta cerca, debe ser una gran oportunidad de renovar nuestros compromisos. Por María, madre del Salvador y madre nuestra.

viernes, 6 de diciembre de 2013

CONSTITUCION ESPAÑOLA: POCO QUE CELEBRAR

Hoy se cumplen 35 años desde que fue aprobada por el voto popular en un día que fue importante para todos. Nacía la democracia, un concepto cuyo alcance y significado parece que solo entendían los más iniciados. El pueblo habló, depositó su papeleta en la urna con renovada ilusión. Aquel texto salido de los padres constituyentes decían que fue fruto del consenso, palabra extraña que tuvimos que aprender. Mucho tuvimos que ceder por el interés común. Han sido años difíciles en los que hemos cambiado de manera muy profunda. Desde entonces, han pasado muchos políticos y sindicalistas, con distintas encomiendas. No se borrarán de nuestra memoria nombres como Marcelino Camacho, Nicolás Redondo, Santiago Carrillo, Adolfo Suárez y algunos más. En definitiva, tenemos que reconocer que estos años han pasado por delante de nuestros ojos un conjunto de personajes mediocres que apartaron a los mejores. Es una sensación agridulce que queda al ver que acuerdos y consensos de antaño se han transmutado en duros enfrentamientos donde las navajas han salido demasiadas veces a pasear. Nada queda de las ilusiones y esperanzas de aquellos días. Las ambiciones de algunos nacionalistas necesitados de cubrir sus vergüenzas nos ha hecho retroceder a tiempos que creíamos haber dejado en el pasado más remoto. El terrorismo de ETA ha sido dura compañía durante demasiados años. La mala imagen de nuestros políticos, bien ganada por cierto, ha hecho retroceder nuestra confianza en las instituciones donde se han producido hechos cuestionables. La Constitución, ley de leyes, marco para garantizar una convivencia en paz y armonía, ha sido violada en demasiadas ocasiones incluso por quienes estaban llamados a garantizar su cumplimiento. La amenaza de un golpe de estado institucional surge con fuerza en medio en una dura crisis política y económica. La reforma del texto constitucional, cuando se produzca, no debe ser para atender demandas irresponsables sino para adaptarla a una nueva sociedad que ha tenido grandes transformaciones en estas últimas décadas. Siempre respetando los principios de aquellos constituyentes que lo elaboraron en 1978. Larga vida a la Constitución.  

domingo, 1 de diciembre de 2013

ADVIENTO, TIEMPO DE CONVERSIÓN

Con el tiempo de Adviento se inicia un nuevo año litúrgico. La Iglesia se prepara con nosotros para la Navidad permaneciendo vigilante y expectante ante la inminente llegada del redentor. Es un tiempo de penitencia y renovación interior. Llega el Señor con un mensaje de paz y de concordia. Nos trae la luz en medio de la permanente oscuridad en la que vivimos. Es una llamada a la conversión para alejar de nosotros el egoísmo, la indiferencia, el desamor y toda clase de pecado. El Adviento es tiempo de una gran esperanza en el futuro que llega con Cristo Salvador y Redentor del hombre. Son tiempos de zozobra e inseguridad que nos deben mover a cuestionarnos nuestra relación con Dios y con nuestros hermanos. Espera, venida y encuentro (con Dios), estos son los pilares sobre los que se fundamenta nuestra fe. Nos preparamos para la llegada de un Niño que nos trae un mensaje revolucionario: el amor como guía y camino para nuestra existencia. Ese Niño que pudiendo nacer en los mejores palacios eligió un lugar tan humilde como un establo donde, en los primeros momentos, unos pastores le adoraron y le dieron sus pequeñas ofrendas. Una lección que debemos aprender y un motivo de reflexión para nosotros. Caminemos pues hacia la luz. En Belén nacerá un niño, al que pondrán por nombre Jesús, pues salvará al mundo. Así lo anuncia el profeta. No sé hasta qué punto somos conscientes del cambio y renovación de nuestras vidas y comportamientos que necesitamos. Es el momento que abrir nuestras mentes y colaborar todos para que pueda ser realidad ese mundo nuevo, sin penas ni tristezas donde pueda triunfar el amor que nos trae ese Niño que nace en Belén.