martes, 31 de agosto de 2010

EMPIEZA UN NUEVO CURSO

TIEMPO DE ESPERANZA

Termina el mes de agosto. Las vacaciones veraniegas suponen una ruptura de la actividad habitual en nuestras actividades cotidianas. Es la hora de volver, con las fuerzas recobradas, a afrontar, con esperanza, un nuevo curso; nuevos retos, nuevas ilusiones. La realidad va dejando su huella, con luces y sombras. Los ciudadanos viven con incertidumbre su futuro, mientras los políticos se cuidan con esmero de sus propios intereses. El paro de tantas personas y su falta de capacitación profesional para las nuevas actividades laborales sigue siendo nuestro principal problema. La perdida de libertades en Cataluña nos pone la cara más amarga, con la imposición del idioma catalán en todas las esferas de la vida. El idioma debe servir para comunicarnos, no para aislarnos y marcar diferencias. La mezcla de socialismo y nacionalismo extremo puede tener efectos perversos, como pudimos conocer el pasado siglo y en épocas más recientes.
No podemos caer en el desánimo. Hay que construir el futuro entre todos. España es una gran nación, mal gobernada por políticos ineptos. Busquemos lo que nos pueda unir en vez de destacar las diferencias coyunturales. Hay que realizar profundas reformas en los terrenos social, educativo, económico, laboral. Podemos volver a ocupar un lugar en la Historia si somos capaces de gobernarnos con justicia. No tengamos miedo a abrir puertas y ventanas del Parlamento para que sea la casa de todos, donde todas las propuestas tengan acogida y sean debatidas en libertad. La tarea a realizar es inmensa. Pongamos manos a la obra. Es nuestro deber y nuestra esperanza.
Jesús María Uriz

sábado, 7 de agosto de 2010

UN MOMENTO DE REFLEXION

DEMOCRACIA CUESTIONADA
Después de más de medio siglo de seguir con atención la vida de España y los españoles, he de reconocer que los que vivimos en la actualidad en "la piel de toro" necesitamos bastante autocrítica y un poco de humildad. Para los historiadores apenas ocuparán unas pocas líneas estas tres décadas de experiencia democrática que han traído una gran decepción para quienes vivimos aquellas primeras elecciones libres y la elaboración por consenso de la Constitución por aquellos políticos que eran conscientes de su responsabilidad y del momento histórico que estábamos viviendo. Nada queda de aquela ilusión. España, una vez más, aparece dividida en dos bandos enfrentados que no ven ocasión, en el Parlamento, de ventilar sus diferencias.
Rodríguez Zapatero llegó a la Secretaría General del PSOE de carambola, sin méritos acreditados. Posteriormente, ganó las elecciones tras un atentado terrorista que conmocionó a la sociedad. La primera legislatura vivió de la herencia recibida y no fue consciente de que tenía que tomar medidas necesarias que no siempre podían ser populares.
Temeroso de un nuevo atentado terrorista o de que los sindicatos le montaran una huelga general no tuvo la necesaria iniciativa. Luces y sombras de un político que acaba de cumplir cincuenta años y ha envejecido considerablemente en los últimos años.
Gobernar significa tomar decisiones, establecer prioridades, escuchar a los ciudadanos, aunque a veces digan cosas que no nos gustan. No son los aduladores los mejores consejeros. Cuando llegó la crisis, no entendió su naturaleza y alcance y se condujo con torpeza. Dedica más tiempo a silenciar toda oposición que a resolver los problemas que a veces él mismo agranda por sus errores. Deben respetarse los derechos de los ciudadanos a la libre expresión de las ideas, a asociarse con fines lícitos y a disentir de la doctrina oficial que imparte desde la Moncloa.
Hay que abrir las puertas y ventanas del Parlamento para que sea la casa de todos. Es necesario que se puedan debatir en libertad los temas que realmente interesan a los ciudadanos.
La democracia es mucho más que celebrar elecciones de vez en cuando. Es el medio de que los ciudadanos den a conocer sus inquietudes y elijan a quienes sean capaces de ser fieles a la palabra dada. Hay que gobernar para todos, también para quienes apoyaron ideas distintas, que merecen la debida atención a sus demandas.
Hay muchas cosas que mejorar. Vamos a intentarlo. ¡¡JUNTOS PODEMOS!!
Jesús María Uriz