El alcalde de Baena (Córdoba) ha dado un gran ejemplo de valor al oponerse con contundencia a la propuesta de Izquierda Unida de retirar todo símbolo religioso que hubiera en el Consistorio baenense. Ante el escrito presentado por quienes muestran tan poco aprecio por las libertades amparadas por la Constitución Española de 1978 y la declaración universal de los derechos del hombre, ha defendido la presencia del crucifijo en el salón de plenos del Ayuntamiento. Y lo ha hecho con la Constitución en la mano, que prometió cumplir y hacer cumplir cuando tomó posesión del cargo. No sé cuales son sus ideas y el partido al que pertenece, pero se ha ganado toda mi admiración.
Jesús María Uriz
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