domingo, 5 de mayo de 2013

EL PACTO

Hay palabras de nuestro rico idioma de las que nuestros políticos abusan tanto que pierden su auténtico significado. Así, durante bastante tiempo, hemos escuchado pedir consenso por unas minorías, huérfanas de propuestas novedosas, que necesitan ocupar un titular o un minuto de gloria en radio o televisión. Ahora parece que, como un nuevo bálsamo de Fierabrás, nos piden un pacto como solución a todos nuestros males. Por estas tierras, bien conocemos la necesidad y conveniencia de pactos para aunar voluntades y reducir diferencias. El elevado número de personas sin trabajo en España es un  grave problema para todos que no encuentra la rápida solución que todos deseamos. La actual situación del mercado laboral es debida a errores cometidos en tiempos pasados y un cúmulo de circunstancias exteriores e interiores que no hemos sabido controlar. Es cierto. España se está desangrando y se extiende la idea de un pacto entre partidos políticos, sindicatos y empresarios. Son demasiados intereses, tantas veces opuestos, para conciliarlos en un objetivo común. Levantar España de la postración en la que se encuentra. Nos tienen que convencer de que, a pesar de algunos comportamientos miserables, tenemos futuro. Los políticos, con sus enfrentamientos cainitas, no pueden seguir secuestrando nuestra voluntad y robándonos nuestra esperanza. Ahora jubilado, más de una vez he escrito que los parados queremos trabajo, no subsidios. El subsidio de desempleo consume una enorme cantidad de recursos económicos que podrían ser dedicados a políticas activas de empleo cuya eficacia garantice el Estado. Los empresarios son necesarios y no son nuestros enemigos. Un pacto no puede garantizarnos la solución de nuestros problemas, pero puede evitar perdidas de tiempo en enfrentamientos inútiles. Es necesario abrirnos a la sociedad donde las personas viven y mueren y tenemos derecho a dejar una sociedad más justa y abierta, sin distinción de raza, credo o ideas políticas. Todos somos necesarios. No entro en detalle de posibles soluciones. Queda para posteriores artículos. Gracias a esa multitud de lectores, de tantos países, que me honran con su confianza. Muchas gracias a todos.

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