domingo, 16 de febrero de 2014

NAVARRA EN LA ENCRUCIJADA

Es difícil sintetizar, en pocas palabras, sentimientos y emociones, tras los sucesos que estamos viviendo en Navarra en días tan turbulentos. Parece un mal melodrama de buenos y malos, rencores y ajustes de cuentas. Conocer la verdad de lo que está ocurriendo es un derecho y un deber de cada uno de nosotros. Volvamos atrás hasta 2011. Entonces, Unión del Pueblo Navarro ganó las elecciones forales con más de 110.000 votos (19 parlamentarios), doblando ampliamente al Partido Socialista que obtuvo ¡¡9 escaños!! sobre 50 con 51.238 votos. En esta ocasión, Roberto Jiménez, secretario general de los socialistas navarros y parlamentario foral electo, exigió y obtuvo, a cambio de su apoyo, formar parte de un gobierno de coalición del que formara parte como vicepresidente. Así fue, pero para el socialista no era suficiente. No fue fiel a los compromisos adquiridos y comenzó a hacer oposición desde dentro. En estas circunstancias, la situación era insostenible. La presidenta Barcina no expulsó a los socialistas del Gobierno ni rompió la coalición. Es absolutamente falso. Pidió al PSN que sustituyeran a Jiménez por otro socialista. Ante la respuesta negativa de los socialistas navarros Roberto Jiménez fue cesado y presentaron su dimisión, que fue aceptada, el resto de los consejeros socialistas. Roberto Jiménez nunca perdonó la afrenta recibida y comenzó un enfrentamiento personal con la presidenta Barcina que le ha nublado la razón y perdido el entendimiento. Con el apoyo de varios partidos de la oposición, trató de gobernar desde el Parlamento con acuerdos que excedían sus competencias y que fueron recurridos por el Gobierno de España ante el Tribunal Constitucional. En ocasiones, había gran confusión sobre que norma estaría vigente. Así llegamos al caso de las acusaciones de Idoia Nieves, ex directora de Hacienda. En la actualidad, se acusa sin pruebas y se utiliza con ligereza culposa una palabra muy seria que debería utilizarse muy poco, atendiendo a la verdad de las cosas. ¡¡Corrupción!! Naturalmente, siempre los corruptos son los otros, sin el más pequeño intento de autocrítica ni de aclarar los sucesos que se van produciendo. Es quien acusa el que tiene que presentar las pruebas de sus acusaciones y siempre se debe escuchar al imputado su versión. En este caso, realmente conocemos muy poco y no aparecen motivos para el escandalo que se ha producido. No hay corrupción en Navarra. Lo afirmo con total rotundidad. Quien afirme otra cosa que presente las pruebas y asuma su responsabilidad. Cuidado. Los dirigentes socialistas navarros deben comprender que un aumento de la abstención puede hundir más al PSN y colocar a Bildu disputando a UPN el primer puesto en las elecciones. Es la hora de la sensatez y el buen juicio. Todos vamos en el mismo barco. Su nombre es NAVARRA.

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