La pobreza en el mundo es una realidad con la que convivimos. Yo soy pobre y toda mi vida he sido pobre. Me he acostumbrado a vivir con austeridad y a renunciar a cosas y actividades comunes en esta sociedad. La austeridad y una administración rigurosa de nuestros escasos recursos es una auténtica necesidad para nosotros. Manos Unidas, en sus campañas, no habla de ese tipo de pobreza. Es la asociación de la Iglesia en España para la ayuda, promoción y desarrollo de los países que se quedaron atrás por diferentes razones; organización no gubernamental de voluntarios, católica y seglar. Su labor merece todo nuestro reconocimiento. este año nos dice "Luchamos contra la pobreza ¿te apuntas?". Es una propuesta sugestiva para seguir construyendo un mundo más humano y digno. Nuestro apoyo y solidaridad con los pobres entre los pobres es importante. La aportación económica que podamos realizar, por pequeña que sea, contribuye a la financiación de programas, planes y proyectos de desarrollo integral para hacer frente a situaciones de hambre y subdesarrollo. Sus fondos proceden de las cuotas de socios, colecta anual en las parroquias, donativos y aportaciones de colegios, empresas y organismos públicos entre otros. Podemos tener la plena confianza de que los recursos económicos que ponemos en sus manos serán administrados con rigor y destinados para estos fines.
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