domingo, 14 de febrero de 2016

CUARESMA Y MISERICORDIA

      En este Año de la Misericordia, la Cuaresma tiene un significado especial. La misericordia de Dios se muestra generosa con nosotros. Sale a nuestro encuentro para perdonar nuestras faltas y debilidades. Debemos abrir nuestro corazón, en una entrega sin reservas. Dios es un padre que nos acepta como hijos suyos y nos cuida con amor. En este tiempo litúrgico, debemos vivir de un modo más intenso la misericordia del Señor. Son días para acercarnos a los que más necesitan nuestro apoyo y solidaridad. Nuestra conversión debe pasar por un cambio de actitud ante esta sociedad injusta. Nada nos puede ser ajeno en el sufrimiento de tantas personas que no pueden seguir el ritmo alocado de los tiempos. La Cuaresma es tiempo de reconciliación con Dios y con nuestros hermanos. De nada sirven las ceremonias litúrgicas a las que podamos acudir, si no somos capaces de responder positivamente a ese anciano o ese niño que nos interrogan con su mirada. El camino hacia la Pascua es difícil; tiene que suponer una renovación profunda, no solo en nuestro interior. La Iglesia nos pide que tengamos unas actitudes cristianas y sociales que nos ayuden a seguir el ejemplo de Cristo, cuando el pecado nos aleja de Dios. Vamos a detenernos un momento para conocer cómo hemos respondido a la misericordia de Dios, en la relación con nuestros hermanos. Nuestra actitud debe ser sincera para que, adecuadamente preparados, podamos celebrar los misterios pascuales. 

No hay comentarios: