ODA A LA HERMANA MUERTE
Ya siento cercana la muerte
que afila su guadaña.
Ya el verdugo su hacha prepara.
Es la hora -dice el caballero.
No he acabado la tarea -respondo, tratando
de aplazar el postrer momento.
Ya tu oportunidad tuviste -me responde.
Mientras, hago balance de mi vida
en mis recuerdos.
Subo, con un último gesto de altivez,
las escaleras del cadalso.
Una última ocasión, arrepentido, pido
de deshacer cuanto de mal hice,
pero ya nadie escucha
mi grito lastimero.
Llegó mi hora.
Jesús María Uriz Eraso
Julio 2008
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