DEMOCRACIA CUESTIONADA
Después de más de medio siglo de seguir con atención la vida de España y los españoles, he de reconocer que los que vivimos en la actualidad en "la piel de toro" necesitamos bastante autocrítica y un poco de humildad. Para los historiadores apenas ocuparán unas pocas líneas estas tres décadas de experiencia democrática que han traído una gran decepción para quienes vivimos aquellas primeras elecciones libres y la elaboración por consenso de la Constitución por aquellos políticos que eran conscientes de su responsabilidad y del momento histórico que estábamos viviendo. Nada queda de aquela ilusión. España, una vez más, aparece dividida en dos bandos enfrentados que no ven ocasión, en el Parlamento, de ventilar sus diferencias.
Rodríguez Zapatero llegó a la Secretaría General del PSOE de carambola, sin méritos acreditados. Posteriormente, ganó las elecciones tras un atentado terrorista que conmocionó a la sociedad. La primera legislatura vivió de la herencia recibida y no fue consciente de que tenía que tomar medidas necesarias que no siempre podían ser populares.
Temeroso de un nuevo atentado terrorista o de que los sindicatos le montaran una huelga general no tuvo la necesaria iniciativa. Luces y sombras de un político que acaba de cumplir cincuenta años y ha envejecido considerablemente en los últimos años.
Gobernar significa tomar decisiones, establecer prioridades, escuchar a los ciudadanos, aunque a veces digan cosas que no nos gustan. No son los aduladores los mejores consejeros. Cuando llegó la crisis, no entendió su naturaleza y alcance y se condujo con torpeza. Dedica más tiempo a silenciar toda oposición que a resolver los problemas que a veces él mismo agranda por sus errores. Deben respetarse los derechos de los ciudadanos a la libre expresión de las ideas, a asociarse con fines lícitos y a disentir de la doctrina oficial que imparte desde la Moncloa.
Hay que abrir las puertas y ventanas del Parlamento para que sea la casa de todos. Es necesario que se puedan debatir en libertad los temas que realmente interesan a los ciudadanos.
La democracia es mucho más que celebrar elecciones de vez en cuando. Es el medio de que los ciudadanos den a conocer sus inquietudes y elijan a quienes sean capaces de ser fieles a la palabra dada. Hay que gobernar para todos, también para quienes apoyaron ideas distintas, que merecen la debida atención a sus demandas.
Hay muchas cosas que mejorar. Vamos a intentarlo. ¡¡JUNTOS PODEMOS!!
Jesús María Uriz
2 comentarios:
Los ciudadanos creo que podemos, la pena es que los políticos son incapaces de nada.
Un abrazo
Creo que no falla la democracia, fallan sus representantes, los que deberían ser sus máximos guardianes. Creo que ahora mismo está en manos de la ciudadanía enderechar el panorama político español, indistintamente de su color o tendencia.
Excelente artículo.
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