domingo, 17 de abril de 2011

COMIENZA LA SEMANA SANTA


DOMINGO DE RAMOS
Con la celebración de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén comienza la Semana Santa. No lleva un gran cortejo. Monta un burrito y le reciben gentes de todas las edades y condición. A su paso tienden sus mantos por el camino y otros llevan palmas y ramos de olivo. Gritan cantos de alabanza. "¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!" Yo, humide pecador, estaba entre aquellos que te aclamaban. Habían escuchado tu Palabra, recibido tus enseñanzas y tenían esperanzas en una vida mejor. Tu mensaje era revolucionario y rompía con la lógica de una sociedad acomodada, sujeta a múltiples preceptos. Habías traído un mensaje de amor, humildad y servicio. Las Bienaventuranzas habían calado en aquella gente sencilla, que veía una luz en la oscuridad de las diificultades que pasaban.
¿Que significado tiene todo esto para nosotros? Es una oportunidad para cambiar nuestras vidas, fijarnos otras prioridades, proclamar a Jesús como rey y centro de nuestras vidas. Poco después, se reunirá en una última cena con sus discípulos y nos dejará la institución de la Eucaristía. Se queda con nosotros. No nos abandona. ¿Cual será nuestra respuesta?
La celebración litúrgica de este día comienza con la bendición de las palmas. Después comienza la Misa, donde se lee el Evangelio de la Pasión que los feligreses escuchan en silencio con emoción contenida.
Ésta es nuestra fe y éste mi testimonio.
Jesús María Úriz

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