domingo, 5 de junio de 2011

ASCENSION DEL SEÑOR

UN DÍA PARA LA ESPERANZA
Hay tres jueves que relucen más que el Sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión, decíamos de pequeños. Ya sólo el Jueves Santo celebramos en este día central de la semana. Con la Ascensión a los Cielos, Jesús da por finalizada la tarea que le había llevado a vivir entre nosotros. Su mensaje de amor y reconciliación había calado en aquellas gentes sencillas que le escuchaban. Casi veinte siglos después, sus palabras siguen teniendo plena vigencia en nuestra sociedad. Cuarenta días después de la Resurrección, después de dar a sus discípulos las últimas instrucciones, Jesús comienza a ascender hasta quedar oculto por una nube. Vuelve a la morada del Padre con quien forma una unión indivisible, para reservarnos un lugar a nosotros. Es nuestra gran esperanza en esta época de dificultades y grandes frustraciones. La Iglesia comienza su andadura. Aquellos tímidos discípulos, con la ayuda del Espíritu fueron el germen de un gran movimiento social destinado a transformar las estructuras de una sociedad que desea ser más justa y libre. Hoy, más que nunca, necesitamos ese mensaje en que podamos confiar libres de incertidumbres. La Ascensión es camino y garantía de nuestra propia subida al Cielo, si así lo hemos merecido, tras el Juicio de Dios. Ésta es nuestra fe y éste mi testimonio.
Jesús María Úriz

1 comentario:

Viky dijo...

Felicidades por tu nuevo mensaje.
Saludos