Centenares de miles de jóvenes se encuentran en Madrid participando en la Jornada Mundial de la Juventud para un encuentro abierto y sincero con Cristo. Como en ediciones anteriores han acudido a la llamada del Papa de todos los lugares del mundo. Portan diferentes banderas, son de diferentes razas y símbolos vivientes de otra forma de entender una vida de fe, con una alegría y entusiasmo contagioso que hemos apreciado en nuestras calles y plazas. Benedicto XVI está entre nosotros y seguimos con mucha atención su palabra, gestos y actitudes. El lema de la Jornada de Madrid 2011 es "Arraigados en Cristo. Firmes en la Fe", un lema atrayente y profundo. En esta sociedad en crisis permanente, atenazada por las dificultades, no es fácil decir "SOY CRISTIANO" y dar testimonio en la vida cotidiana. Estos jóvenes que se han reunido entre nosotros durante estos días son un gran ejemplo y la palabra del Papa será una semilla que debe producir una importante renovación interior y en nuestra relación con los demás, sean creyentes o no. Los peregrinos volverán a sus países y Benedicto XVI volverá a Roma para seguir llevando con acierto la barca de Pedro, pero ya nada podrá ser igual en nuestras vidas.
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