El verano es una época del año en la que normalmente
disminuye la actividad social y privada de muchas personas que toman sus
vacaciones para tener un merecido descanso de cuerpo y espíritu. Este
período del año no debe significar estar sin hacer nada sea en la playa o en
la montaña, ciudad o pueblo. Más bien, puede ser una buena oportunidad de
salir a la carretera, quizá cargado de maletas, por fin con la familia reunida,
buscando otros horizontes y poder hacer esas cosas gratificantes que hemos ido
dejando, atrapados por la actividad cotidiana. Había hecho el propósito, vano
empeño, de no ver la tele, oír la radio y dejar, al menos estos días, los
periódicos de lado. Buen intento, pero no funcionó. Mi esposa, con esa belleza
que da la madurez y la tranquilidad del espíritu, me mira y sonríe. Cómo me
entiende. Los hijos van creciendo en edad y sabiduría, como a mí me enseñaron.
Conozco su esfuerzo, aunque no siempre consigan cubrir todos sus objetivos.
Este agosto está haciendo calor. Las noticias que se van produciendo y que
nos afectan de alguna forma, son como un carrusel de colores. Quisiéramos
conocer sólo las buenas, las positivas, pero nos llega una visión más amplia de la
realidad, a la vez cercana y lejana, porque, en esta sociedad de la
comunicación global, nada nos puede ser ajeno. Santiago de Compostela, por unos días,
no lo recordamos como el lugar donde, señalado por una estrella-estela que apareció, según la tradición, la tumba del Apóstol Santiago que, muerto en Jerusalén, había sido trasladado a Galicia por sus seguidores. En una
fatídica curva, cuando ya llegaba a su destino, un tren ALVIA había
descarrilado con un número elevado de víctimas que fueron rápida y eficazmente
atendidas. Este año, los políticos ni en agosto son capaces de dejarnos
tranquilos y posponer para otro momento la disputa de sus diferencias. Nos dicen
que disminuye el número de personas sin trabajo. Es una buena noticia que
da renovados ánimos y esperanza. Ya hemos llegado a nuestro punto de destino.
Es el momento del reencuentro de familiares y amigos; de contarnos nuestras
experiencias y realidades. Pero eso es otra historia.
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