jueves, 23 de julio de 2015

UXUE BARKOS, PRESIDENTA DE NAVARRA

Uxue Barkos ha tomado posesión como presidenta del Gobierno de Navarra. Debe ser consciente de la gran responsabilidad que adquiere en un cargo que obtiene, no por decisión de los ciudadanos que en una mayoría muy amplia le negaron su confianza, sino por haber conseguido el apoyo de la mayoría de los parlamentarios. El apoyo de la calle tendrá que ganárselo día a día. No nos bastan bonitas palabras que pronto se olvidan. Es costumbre a los nuevos dar cien días de tregua para que vayan conociendo la situación encontrada y fijando prioridades en la acción del nuevo ejecutivo. En este caso no será posible. El respeto a Navarra, sus fueros y tradiciones se exige desde el primer minuto. Es la presidenta quien debe dar ejemplo de lealtad institucional y de cumplimiento de la palabra dada. La falta de apoyo ciudadano no se puede ocultar por una mayoría raspada en el Parlamento, donde ha unido intereses muy distintos. No será fácil tomar decisiones, fijar prioridades e identificar el interés común por encima de demandas puramente ideológicas. A pesar del lamentable espectáculo ofrecido por el Parlamento, la pasada legislatura, cuando la oposición trató de suplantar al Gobierno pidiendo cosas imposibles, Navarra ha progresado en los últimos años. Uxue Barkos debe estar por encima del debate partidario. Todos sabemos que el programa de investidura no pasa de ser un catálogo de intenciones, buenas o malas, acertadas o equivocadas. Deben ser tamizadas por la realidad de cada día. La presidenta debe luchar por el pueblo, con el pueblo, pero nunca contra el pueblo. Es hora de que el nuevo Gobierno comience a trabajar. En mi labor de oposición como ciudadano, no escatimaré mi crítica si lo merece, pero también tendrá mi apoyo cuando sea necesario por el bien de Navarra. Es mi propósito y mi obligación como navarro. Suerte, presidenta.

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