JUEGOS DE SOCIEDAD
¿Recuerda Ud. que, de niño, le gustaba jugar a lo que sería cuando fuera mayor?
Todos daban rienda suelta a la imaginación y algunos se decidían por el empleo de vendedor de helados, para así poder comer esas ricas golosinas. Tal juego se actualizó hace poco en una reunión a la que asistió una amiga mía. Se pidió a los invitados, ya maduros, que escribiesen en un papel lo que quisieran hacer cuando “tuviesen realmente uso de razón”. Los papeles iban sin firma.
Al revelarme mi amiga alguna de las respuestas me parecieron que bien vale la pena esta nueva versión del antiguo juego. He aquí algunas.
…poder tirar todas estas malditas caretas.
…permitirme el enfado sin sentir remordimiento.
…ser capaz de llorar cuando me duela.
…confiar a Dios el manejo del Universo, sin intentar sustituirlo en sus funciones tan a menudo.
…poder decir NO a mis hijos y cumplir mi palabra.
…hacer las paces con la muerte ahora, a los 32 años, para no tener que perder tiempo en ello durante los próximos 52 años.
…reírme de mí mismo más a menudo.
…poder rezar otra vez.
…poder dar a mis hijos menos riquezas materiales y más de mi persona.
…cuidar tan bien de mi organismo como cuido mi automóvil.
…decir a la gente las cosas buenas que a menudo pienso de ellas, pero que muy raras veces expreso.
Parece que salió sincero el juego, ¿verdad?
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