miércoles, 7 de enero de 2009

UN INTERESANTE HALLAZGO


ORIGEN DEL CROISSANT

En el año 1683, el ejército otomano puso cerco a Viena. A pesar de sus repetidos asaltos, no había conseguido quebrantar la resistencia de los vieneses. Los turcos decidieron entonces tomarlos por sorpresa. Idearon socavar el terreno, a fin de que una trinchera o corredor pasara por debajo de las murallas, hasta desembocar en el centro de la ciudad.
Para no ser descubiertos trabajaban sólo por la noche, pero no se percataron de que los panaderos también trabajaban de noche. Estos dieron la voz de alarma y los vieneses pudieron echar por tierra los planes otomanos. En recompensa, el emperador de Austria concedió honores y privilegios a los panaderos, que a su vez, para mostrar su gratitud, inventaron dos panes: uno al que le pusieron el nombre de "emperador", y otro, al que llamaron "croissant", es decir "media luna", en recuerdo del emblema de los turcos. Pero el secreto del "curasán" (como se decía popularmente en España) lo tienen los franceses. En el desayuno galo son fundamentales tanto el "croissant" recién horneado y crujiente como un buen café, bien cargado y oloroso.
(Texto tomado del Taco del Sagrado Corazón de Jesús)

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