UNA ECONOMÍA DE FUTURO
El presidente del Gobierno español ha afirmado, en Seul, en una cumbre empresarial previa a la reunión del G-20 que, con la "economía verde", se podrían crear un millón de puestos de trabajo en una década. No me parece una idea descabellada, aunque diez años es un plazo demasiado corto. Algunos sectores todavía no están maduros. El futuro pasa por la desaparición de los combustibles fósiles, la construcción de pequeños pueblos autosuficientes en materia energética, el reciclaje de residuos con especial atención a materiales electrónicos. En la actualidad más del 70% de la población son analfabetos tecnológicos y el resto tiene graves carencias en esta materia. Este problema necesita de una atención preferente de los poderes públicos, en colaboración con el sector privado. Millones de trabajadores no podrán continuar con las actividades laborales que tenían, porque habrá desaparecido la tarea que realizaban. Necesitarán una formación continua para adaptarse a los nuevos empleos. Así, el mercado laboral quedará partido entre los nuevos empleos de alta cualificación y los servicios y empleos de baja cualificación. Es necesaria una política educativa y laboral de carácter nacional para impulsar la investigación de nuevos materiales y soluciones para los problemas que se vayan presentando, en colaboración con investigadores de otros países. El futuro es ahora y no conviene perder tiempo en inútiles discusiones. Todos debemos colaborar para afrontar los nuevos retos que se nos presentan.
Jesús María Úriz
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