DESEOS Y REALIDADES
Estamos viviendo unos momentos en los cuales las sensaciones y los sentimientos cambian a gran velocidad. Las noticias se suceden sin darnos tiempo a asimilarlas. Yo soy uno de los más de tres millones y medio de personas que no tienen trabajo; vidas truncadas, proyectos personales que no se llevarán a cabo. No podemos quedarnos en un conformismo esteril. Los líderes internacionales se reúnen para buscar un nuevo orden económico mundial y fortalecer los organismos supranacionales para dar respuestas ante los nuevos desafíos. Dentro de nosotros, quizá muy dentro, queremos encontrar un poco de esperanza. Pero ésta sólo será posible si somos capaces de renunciar a parte de nuestros intereses en favor de otros más necesitados. Necesitamos fortalecer valores como la integridad, la compasión, la generosidad, el esfuerzo. De esta crisis va a salir un mundo muy distinto. Se hace necesario aceptar sacricios en favor de los demás. Ante la disyuntiva de trabajo o subsidio, yo siempre he deseado un trabajo, pero nunca tenía el perfil de trabajador que las empresas solicitaban. Tendrán que aceptarse, en algunos casos, recortes de salario y de jornada para evitar despidos. El futuro pasa por buscar nuevos nichos de empleo, apoyar sectores con futuro y mejorar la productividad. La formación continua de los trabajadores es fundamental para nuevas situaciones de movilidad funcional y geográfica. Habrá que estar preparados para desarrollar distintas tareas a lo largo de la vida laboral. Se abre un mundo nuevo, con infinitas posibilidades y tenemos que estar dispuestos a afrontar los retos del futuro.
Jesús María Úriz
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