viernes, 1 de mayo de 2009

1 DE MAYO, DÍA DEL TRABAJO


POCO QUE CELEBRAR

El Día internacional de los trabajadores se celebra desde el año 1889. La sociedad ha evolucionado mucho desde entonces. Era el comienzo de la revolución industrial. Una de las reivindicaciones era la jornada de ocho horas. En 1886, hubo un gran movimiento social, en Estados Unidos, que culminó en una gran huelga general que tuvo lugar el 1 de mayo. Participaron 200.000 trabajadores, mientras otros 200.000 obtenían respuesta a sus aspiraciones, con la amenaza del paro. 
En la actualidad, siguen celebrandose manifestaciones y otros actos reivindicativos, pero ya poco hay que celebrar. Estamos sumidos en una grave crisis económica y social que tiene en la falta de trabajo para millones de personas, su expresión más brutal. En España, la afiliación sindical es muy baja y los sindicatos, aparecen como entes impersonales que no aportan ideas ni propuestas. El Gobierno está paralizado, sin fuerzas para realizar las reformas laborales y educativas necesarias. Situado en medio de sindicatos y empresarios, elude toda responsabilidad. Es imprescindible y urgente reducir los gastos de funcionamiento de la Administración, tanto central como autonómica. Resulta chocante, por ejemplo, que tengamos ministerio de Cultura, consejerías de cultura y concejales de Cultura en los ayuntamientos. Hay que mejorar la educación y fomentar la formación contínua y la promoción personal. Los recursos que consume una Administración de excesivo tamaño y escasa eficacia, impiden que el dinero circule y sostenga la economía real.
Es la hora de gobernar, solucionar los problemas, tomar decisiones y prepararnos para una nueva sociedad que deberá ser distinta. Hay que recobrar valores como esfuerzo, disciplina, solidaridad, colaboración para que podamos ver una luz en esta oscuridad que nos envuelve. Se lo debemos a las generaciones venideras. Es nuestra decisión y debemos tomarla ahora.

Jesús María Úriz 

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