Dogma proclamado por el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, en la Bula Ineffabilis Deus.
Hoy celebra la Iglesia con gran solemnidad la fiesta de la Inmaculada Concepción de María. Los cristianos la celebramos con gozo y la acompañamos en estos días de espera hasta la Natividad del Señor. La solemnidad comenzó a celebrarse en la Iglesia Oriental en los monasterios, siguió en las catedrales y aparece como fiesta en el calendario de Basilio II, con la aprobación de la Iglesia y el Estado. En la Iglesia Occidental comienza la celebración cuando su difusión en Oriente se había detenido. En la segunda mitad del siglo XV, Sixto IV adoptó la fiesta para toda la Iglesia Latina y dos siglos después, Alejandro VII promulgó el 8 de diciembre de 1661 la constitución "Sollicitudo omnium Ecclesiarum" declarando que la inmunidad de María del pecado original en el primer momento de la creación de su alma y su infusión en el cuerpo eran objeto de fe. Pío XII, rodeado de 92 obispos, 54 arzobispos, 43 cardenales y una gran multidud de personas, definió como dogma lo que era el común sentir de la Iglesia: que María, por los extraordinarios méritos de Jesús, había sido preservada de toda consecuencia del pecado original. Era el 8 de diciembre de 1854.
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