domingo, 8 de abril de 2012

ALEGRATE, CRISTO HA RESUCITADO

Dentro del calendario litúrgico, este día que finaliza el Triduo Pascual es el más importante. Es una ocasión de manifestar nuestra alegría, fe y confianza. Cristo ha resucitado. Las mujeres que fueron al sepulcro el primer día de la semana, temprano por la mañana, encontraron el sepulcro vacío. "Nos han robado al Señor", decían con preocupación. No entendían las palabras de la Escritura que nos anunciaban que resucitaría de entre los muertos. Fueron numerosas las apariciones a sus discípulos, que ya fueron conscientes de la gran noticia. Es un desafío para nuestra comprensión. Nuestra respuesta debe ser una fe sencilla y abierta. Ya hemos dejado el color morado en la liturgia de los días anteriores para mostrar el color blanco en los ornamentos. El Señor ha vencido a la muerte y nos ha devuelto a una nueva vida más auténtica. Es un día de bendición, de alabanza y de acción de gracias. La luz de Cristo disipa las tinieblas del pecado y de la angustia. Vayamos al encuentro con Jesús resucitado. Ésta es nuestra fe y éste mi testimonio.

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