jueves, 6 de diciembre de 2012

LARGA VIDA A NUESTRA CONSTITUCIÓN

Hoy se cumplen 34 años desde que fue aprobado por los españoles en referéndum el vigente texto constitucional. Es un período relativamente corto para juzgar sus bondades y carencias, pero que nos ha permitido sortear más de una vez, vientos y tempestades. Una Constitución nace con ánimo de pervivencia. En España hemos tenido demasiadas experiencias fallidas que duraron poco tiempo. El actual texto fue redactado por los padres constituyentes con la finalidad de superar divisiones y recelos y que permitiera que muy diferentes ideas y proyectos sociales y políticos pudieran ser defendidos y puestos en práctica si tuvieran el apoyo necesario. Así se incorporo a nuestro vocabulario habitual la palabra consenso, es decir decisión tomada de mutuo acuerdo tras un amplio debate de diferentes posturas. De esta forma, hemos conocido Gobiernos  de derechas e izquierdas que han realizado una gran transformación de esta sociedad que salía de una larga dictadura. Fueron muchas las ilusiones y esperanzas puestas en la renacida democracia. De todo aquello queda ya poco. A jirones se ha ido quedando por el camino. España, patria común e indivisible de todos los españoles, según dice la Constitución está sufriendo fuertes tensiones territoriales y profundas diferencias económicas y sociales entre sus regiones. La ambición de algunos políticos, incapaces de ofrecer soluciones a las necesidades de los ciudadanos, les lleva a pretensiones secesionistas de su territorio y a negar la legitimidad de las instituciones democráticas comunes. En las celebraciones oficiales, hoy habrá significativas ausencias. La aplicación leal de la ley de leyes está teniendo demasiados obstáculos, a veces puestos por quienes más obligados están a cumplirla y hacerla cumplir. Larga vida a nuestra Constitución, aunque habrá que quitarle algunas telarañas.


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