Muchas veces hemos escuchado y conocemos por propia experiencia, que la providencia de Dios nos proporciona el Papa más apropiado en cada momento. La impresión que tenemos tras escuchar sus primeras palabras es muy positiva. Argentino, de padres emigrantes italianos, se muestra como un gran comunicador que conoce muy bien nuestros problemas e inquietudes. Su cercanía, siguiendo el ejemplo de Cristo, a los más pobres es una extraordinaria lección para todos nosotros. Un reto importante que le espera es la nueva evangelización. Un proyecto importante en una sociedad que bajo la crisis económica y social que padecemos esconde una evidente crisis de valores evangélicos. El alejamiento de Dios y sus mandatos nos ha dejado una sensación de vacío y desamparo. Somos como ovejas sin pastor acechadas por lobos en un mundo hostil. El Papa Francisco tiene todo nuestro apoyo y confianza para una apuesta decidida por quienes, en tantos lugares del mundo, necesitan fe y esperanza. Como jesuita conoce bien a nuestros compatriotas Ignacio de Loyola y Francisco de Javier que participaron en el grupo inicial de fundadores de la Compañía de Jesús. El cardenal Berdoglio es el primer Papa de América Latina, el continente donde vive la mayoría de los católicos que esperan su palabra y su consejo. El nuevo pontífice debe seguir desarrollando el Concilio Vaticano II y potenciar el ecumenismo. Las vocaciones para el sacerdocio y la participación de los laicos en la vida de la Iglesia son otros temas pendientes. Elevemos nuestras oraciones al Señor y a la Virgen para que el Espíritu ilumine al nuevo Papa en su importante ministerio.
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