Sí,
Cristo ha resucitado. La resurrección de Cristo es un hecho fundamental en la
historia y un misterio de fe. La losa removida, el sepulcro vacío, son signos
que en un primer momento no hemos entendido. "¿Por qué buscáis entre los
muertos a quien ha resucitado?" Estas palabras tienen un gran impacto
entre quienes las escuchan en aquel momento y también para nosotros, en la
actualidad, casi veinte siglos después. Después de la resurrección, Jesús se
apareció en varias ocasiones a los apóstoles. Con esta festividad que se celebra con gran solemnidad,
el Año litúrgico llega a su momento más importante. En la Iglesia se enciende
el Cirio Pascual que representa la luz de Cristo resucitado y permanecerá
encendido hasta el día de la Ascensión, cuando Jesús sube al Cielo. Así
encontramos la clave de la esperanza de los cristianos. Jesús vive y está junto
a nosotros. ¿Qué podemos temer? San Pablo nos dice: "Si Cristo no hubiera
resucitado, vana sería nuestra fe" (I Corintios, 15,14). Jesús venció a la
muerte y al pecado. Nos dio una nueva oportunidad y la confianza en nuestra
propia resurrección. La fe que profesamos adquiere pleno sentido. Nuestro
testimonio es verdadero. Este es un día de profunda alegría que no podemos
ocultar. No más caras tristes. Seamos la luz que ilumine este mundo sumido en
las tinieblas. Es la Pascua del Señor. Esta es nuestra fe y éste mi
testimonio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario