Dios nos amó hasta el extremo de
darnos a su propio Hijo, que se entregó hasta la muerte por nosotros y muerte
de cruz. Una vez acabada la última cena con su madre y sus discípulos, se
retira a orar al huerto de Getsemaní. Le acompañan sus amigos más fieles, que
se verán vencidos por el sueño. Son momentos terribles. Jesús es Dios, pero
también un hombre que sufre dolor y angustia. Dicen que sudó sangre. Son
sentimientos encontrados. ¿Dónde estaba yo en aquella noche triste? Por mis
pecados, un hombre inocente va a morir. Tras ser prendido, traicionado por
Judas, uno de los suyos, inicia un largo trayecto en aquella larga madrugada.
Treinta siclos de plata, el coste de un esclavo, fue el precio acordado por la
traición. De Anás a Caifás, de Herodes a Pilatos, Jesús es llevado por las
calles de Jerusalén. Le siguen de lejos, su madre y otras mujeres. Es la marcha
de las viudas. Los conspiradores no están tranquilos. Quieren su muerte, pero
no la responsabilidad de tan terrible crimen. Será Pilatos, el procurador
romano quien tomará la postrera decisión. No quiere hacerlo, pero prima la
razón de Estado. Mandará que lo azoten, pero eso no será suficiente para esa
turba hábilmente manejada por escribas y fariseos. Quizá algunos de nosotros
estábamos entre quienes gritaban "¡¡Crucifícale.
Crucifícale!!". Pilatos es un hombre mediocre incapaz de dominar la
situación. Ya su esposa le había avisado de que tuviera cuidado, pero no
escucha. La plebe sigue gritando y Jesús es entregado para ser crucificado.
Tres veces caerá al suelo bajo el peso del madero de la cruz y nuestra
ingratitud. Tres postes esperan en la cumbre del Calvario la llegada de los
condenados. Dimas y Gestas compartirán el atroz suplicio. Perdón, Señor,
perdón. Te he negado, he vivido como si no existieras, he olvidado mis
compromisos. Por mis pecados mueres y lo haces perdonando. Qué suprema lección
que no entendemos, preocupados por cosas mundanas. Todavía estoy conmocionado
tras escuchar tus últimas palabras en la Cruz. Cristo ha muerto. Resucitará como
lo había anunciado. Esta es nuestra fe y
éste mi compromiso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario